En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

viernes, noviembre 30, 2007

operación algeciras

Ayer vi un interesante documental en la tele.

Durante la guerra de las Malvinas, la armada argentina decidió enviar un comando a Gibraltar para atacar barcos ingleses. Para formar el grupo operativo, recurrieron a antiguos activistas montoneros.

Finalmente, la actuación no se llevó a cabo.

Por un lado, la indecisión del mando argentino, siempre pendiente de negociaciones diplomáticas, pospuso el ataque en un par de ocasiones propicias.

La inteligencia británica, por otra parte, había conseguido descifrar los mensajes que se cruzaban entre el almirantazgo argentino y la embajada en España y estaba al corriente de la operación. Tras mucho dudar, decidieron enviar una nota oficial a la inteligencia española. Cabe decir aquí que en esos mismos días, el reino de España se incorporaba a la OTAN, y permitir actos de sabotaje desde suelo español contra intereses de un aliado no habría sido entrar con buen pie.

Además de todo esto, con los terroristas de ETA actuando y el mundial de fútbol que ese año se celebraba en España, la policía había incrementado sus controles, entre otras cosas, sobre las agencias de alquileres de vehículos, y ya estaban tras la pista de un grupo de argentinos que actuaban sospechosamente en la costa malagueña.

Los argentinos fueron arrestados por la policía española y discretamente enviados de vuelta a su país. No quedó constancia escrita del incidente en los archivos policiales y los explosivos intervenidos fueron destruidos en un campo militar de maniobras de Almería.

Pero, ¿por qué fue la policía y no la inteligencia militar la que intervino?

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