No por repetido, el espectáculo (aquí habría que decir dantesco pero por no abusar...) que nos están ofreciendo los kenyatas, deja de ser espeluznante.
Una vez más comprobamos que si bien las fronteras pueden y deben ser claras en lo físico, en lo temporal no tienen ningún valor. De hecho, Irak, la zona norte de la India con Pakistán y Afganistán, el Congo y ahora Kenya nos demuestran que los criterios puramente físicos o económicos no son válidos para dividir los territorios. Y si no que se lo pregunten a los alsacianos, a los checoslovacos (ah, que ya no hay), o a los yugoslavos (ah, que tampoco). Con poco que hurguemos en la historia encontraremos casos similares casi en cada frontera actual.
Ahora vemos cómo para contentar al imperio, la Unión Europea busca por todos los medios dar caramelitos a cual más suculento a Servia (¿por qué ahora se escribe con b si siempre se escribió con v? Cosas del cirílico y los traductores mantas) con los que el trago de Kosovo pase mejor.
Y ya puestos, ¿por qué Kosovo sí y Escocia, Euskadi, Córcega o Bozen no?
Lo que hoy está junto, o separado, mañana podrá estar separado, o junto. Dejemos que cada pueblo dirima sus diferencias a su manera. No obliguemos a vivir juntos a vecinos irreconciliables. En Europa podemos caminar hacia una federación de regiones, con poderes próximos al ciudadano que se ocupen de la vida diaria y un poder central que organice, coordine y controle, no necesitamos estados nación en este punto de la historia. Hablemos de ello. Un Parlamento Europeo bicameral, absorbiendo al Comité de las Regiones sería una solución perfecta.
En Asia y África tienen otra forma de arreglar estos conflictos. Alguien echará la culpa al colonialismo, y a lo mejor tiene razón, pero a mí me da que utus y tutsis, que chiíes y sunníes nunca fueror demasiado proclives al diálogo, al menos sin un par de machetes o alfanjes de por medio, y de no haber sido por los imperativos geopolíticos, nunca habrían compartido más allá del cauce de un río, cada uno desde su orilla, claro está, con que imaginad un Estado...
Europa es Africa, no son los primeros que llegaron??
ResponderEliminarVamos a dejarloooo... y mas hablar y menos matar.
Europa es Europa, África es África.
ResponderEliminarSimplemente, hay gente que en su vida supo hablar con el de la otra orilla, más que nada por si acaso, y otra gente que sí que sabe, que se precia de saber y que presume de llevar siglos haciéndolo... entre guerra y guerra, claro.
Yo, irremediablemente, esté donde esté, estoy en África... Ya que para algunos, no todo el mapa europeo es Europa, así que me considero permanentemente en el Norte de África... ;-)
ResponderEliminarLas guerras... creo que ni el territorio, ni la religión, ni la etnia... las justifica. Sólo hay una justificación: la sed de violencia de la raza humana. Por algo somos la única especie capaz de refocilarse en el ensañamiento...
Siempre serán malos tiempos para la paz, la historia lo demuestra. Siempre habrá algún puntito geográfico en el mapa conocido que decida alzarse en nombre de algo absurdo y ¡hala!, ¡a matar y a ensañarse!...
Me gusto más en mi faceta de pez de colores en un mar cálido y sin turistas...
HAKUNA MATATAAAAA....!!!
ResponderEliminarUn puntito??!!!
una bata de lunares!!!
¡Plas, plas, plas!
ResponderEliminarSi, sí, mi querido y viejo amigo. O amigo viejo...
En Europa podríamos caminar hacia una federación de regiones y no estar exentos de conflictos, pero sería una "solución a problemas" como el de Vascongadas.
Por otra parte, parece ser que la condición humana es estar batallando constantemente por esto o aquello. Quizás estemos equivocados solicitando la paz de todos los territorios en conflicto.
¿La solución? Apagar la tele y la radio. Ojos que no ven...
Salu2
Pues eso, ojos que no ven, gabardina que va al tinte.
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