En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

martes, enero 01, 2008

ritos

Pues ya está, ya hemos pasado otra nochevieja. Otra vez el especial de la tele, la cena en buena compañía, las uvas (¿no os parece que de unos años a esta parte las campanadas van demasiado lentas y ya no tiene gracia lo de comerse las uvas?), los brindis con cava, este año cremant alsaciano, y/o sidra, la lagrimita por los que ya no están y cierto alivio porque ese mal trago pasa pronto.

Nuevos ataques a las bandejas de turrón y polvorones. Frontales, nada de florituras tácticas, a mogollón. Convencer a los que salen de que no vuelvan demasiado tarde (o pronto ya a la mañana siguiente) y el inefable karaoke vanbasco.

Y a la mañana siguiente, con las legañas puestas, el concierto de año nuevo desde Viena y la renovación del firme propósito de, un año de estos, verlo allí, en directo, desde una de las butacas invariablemente repletas de japoneses.

Feliz 2008 a todos.

Ah, estamos tratando de completar con fotos de detalle las entradas "de gorra". Daos una vueltecita a ver qué tal.

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