Convengamos en llamar RR a ese probo funcionario que se desplaza casi todos los meses al sur, a desempeñar su imprescindible labor durante la sesión plenaria. Largas jornadas de trabajo, tan cargadas de estrés (y a veces escuatro y escinco, sobre todo a final de legislatura), que apenas es posible disfrutar mínimamente las pausas de desayuno, café, aperitivo, alumerzo, café, otro café, cervecita(s), más café, cita-para-ver-dónde-se-va-esta-noche, etc.
A la mañana siguiente, RR contó lo sucedido en recepción, sin nombrar lo estupefaciente de la historia. El gerente del hotel le dio una explicación más o menos satifactoria. Habían tenido durante tres semanas a un huésped que había llegado para recuperarse después de una larga estancia en un hospital y había ocupado su misma habitación. La señora de la limpieza había subido la nota de parte de alguien que había estado esperando en el hall la tarde anterior.
A RR le pareció raro tanto el establecimiento, lo menos parecido a un balneario o casa de reposo que había en la ciudad, descontando burdeles y el cuartel de la legión extranjera, como el "tratamiento" de la convalescencia, pero aceptó las disculpas y se reincorporó, con su integridad orto-rectal íntegramente íntegra, a su trabajo.
Pero cometió un tremendo error...
(continuará)
...con las luces del día e insatisfecho por la explicación del recepcionista del hotel, RR bajó más tarde a desayunar ese día, al fin y al cabo, ya había metido las suficientes horas el día anterior. Él mismo averiguaría la verdadera historia de ese tal Hassan.
ResponderEliminarDescendió las escaleras que conducían al departamento de limpieza y a escondidas, divisó...
¿qué error?
¿qué error?
piedad, piedad, me muero de ganas por saber dónde la cagó.
Queridos lectores, echadle un ojo a la foto que se ha "currao" aquí el otro viejo. No le falta detalle...
ResponderEliminar¡dios! qué ojos tan terroríficos.
ResponderEliminarRR miró dentro del armario?
miró debajo de la cama o es muy macho para eso?
comprobó que no había nadie dentro de la bañera?
ahhhhhhhhhhhhh
¿Armario? ¿Desayuno? ¿En un hotel en misión? ¿Debajo de una cama de un hotel en misión?
ResponderEliminarLa cama es una tarima de madera con un colchón encima. No hay patas, sino paredes. De todas formas, de poder mirar debajo, nadie en su sano juicio lo haría. A saber qué ecosistema bulle bajo esos colchones. Casi mejor un Hassan limpito (casi, digo).
RR no es de Bilbao, sino de bastante más al norte, pero tampoco le hubiera asustado mirar debajo de la cama de haber podido. Lo que si hizo fue correr la cortina de la ducha de golpe y ver que sobre el plato de la ducha no había nadie.
¡dios, qué alivio! me voy a preparar la cena y no sigo, que luego no puedo dormir bien y lo mismo me tengo que hacer la muerta. Tres o cuatro veces... jejeje
ResponderEliminarCiertamente se parece mucho a los garitos en los que dormí en Marruecos hace años, que tiempos, bueno volveré parar ver como termian el tema...
ResponderEliminarsaludos
Dios no!!!! esos contiunarán me dejan siempre con la miel en la boca jajajajjaajajaja
ResponderEliminarBesicosssss
Yo tambien quiero hacerme elmuerto tres o cuatro veces.
ResponderEliminarPero mucho me temo que a la primera se lo crean de verdad y llamen al forense.
Statler, estas liando una buena, lo que no sabe toda esta gente es que todo esto no solo es cierto, si no que además es verdad..., no?
Qué iluso!!!, si los árabes NO son homosexuales, que es pecado y deshonroso...
ResponderEliminarPor eso en El Cairo el Hotel Ramses Hilton es famoso por recibir a las hordas de maricas saudíes de vacaciones y si te pasas por el hall del susodicho, sólo ves "homes, homiños, macacos e macaquiños"...
¡Ah!, y, por supuesto, los árabes ni fuman, ni beben alcohol, ni se drogan... Todos ésos son vicios patrimonio de los infieles, pero ellos no, por Allah que no!!!!...
rejuasrejuasreuas