Hale, los criminales ya han cerrado su campaña. Un hombre que salía de su casa con su familia ha sido asesinado por un bravo gudari fascista. No se conocen más detalles. Seguro que por la espalda, sin arriesgar siquiera una patada en los cojones que habría servido para demostrar que ni siquiera eso les queda (hablar de neuronas vivas sería demasiado). Bravo. Una viuda más, unos hijos más sin padre. Una de ellas manchada por la sangre que salpicó de lo que ahora ya sólo es un cuerpo muerto y antes era UN PADRE.
Supongo que ya se estarán reuniendo las asociaciones de defensa de (algunos) derechos humanos para protestar, como cuando aquel otro presunto matarife resultó magullado en el momento de la detención. O no.
Seguro que ese Euskadi que quieren hoy ya, después de este acto heroico, es un poquito más libre. O no.
¿Hasta cuando va a durar esta locura? ¿Quién educa a los hijos enseñándoles que pueden hacer lo que quieran con la vida de los demás? ¿No son los padres, es la sociedad? ¿Seguro? Ah, que fue concejal. Pobre. Y que militaba en un partido político que no pensaba como el del asesino. Claro, ahora lo entiendo. Está justificado...
Dejadnos en paz. Banda de asesinos, nadie os quiere, nadie os necesita, sólo vosotros mismos. Sois una estructura cuyo único fin es mantenerse a sí misma.
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lo acabo de oir en las noticias, es tremendo que pasen cosas asi
ResponderEliminarte dejo besos
lágrimas de mar
Ruines, eso es lo que son, unos ruines y unos... que se yo :(
ResponderEliminarBesos muy Tristes y En Luto
P.D y el domingo... a votar!!!
No se puede añadir ni quitar ni una coma a esto.
ResponderEliminarSecta de seres sin alma, con sus ansias plagadas de objetivos y con odios en los ojos.
Ojalá algún día desaparezcan, pero no como ellos nos hacen desaparecer a nosotros.
Besitos con pena, y rabia.
pd. hoy tengo el alma partida, también un recuerdo para mari luz. A veces tengo mucho miedo.
La libertad no brota de la sangre. De la sangre, sólo brota el dolor de una esposa, de unos hijos, de unos padres, de los amigos, de los compañeros de trabajo, de los vecinos, de los de tu pueblo y de todos los que vivimos en esta tierra y nos duele y nos revienta que otros hablen por nosotros empuñando un arma y disparando esa libertad de la que hablan en nuestro nombre que no es otra cosa que sangre, sangre y sangre.
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