En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

lunes, junio 09, 2008

fiesta del puerto

Del domingo 1 de junio. Desgraciadamente, sólo se celebra cada dos años.

Earl of Pembrook. Estoooo... pico y botavara de la cangreja del palo de mesana visto por la aleta de babor (te la dedico, viejo joven, ya corregirás si ha lugar).

Mismo barco, palos y vergas desde proa, con su trocito de bauprés.

La principal preocupación de la tripulación, mismo barco.

Cabillero con cabos bastante bien adujados y extintor al fondo, también del Earl of Pembrook.

La patrullera francesa -patrouilleur de service public (PSP)- Pluvier desde proa.

Pasarela de la patrullera. Esa gorra va siendo ya imprescindible en la colección.

Mi hija currándose su diploma de pompier de la Marine.

Todavía no sé quiénes son estos, pero en cuanto los identifique, me alisto. Mi experiencia como antiguo infante de marina ya me enseñó lo siguiente: sólo hay una cosa menos marcial que un marinero desfilando, y es un marinero desfilando con armas. Me veo pues en la obligación de ofrecerles mis servicios de cabo de fusiles. ¿Qué mueve a esta gente a vestirse así y a pasearse por los muelles el día de la fiesta, en "perfecta" formación, y, eventualmente, desfilar al paso marcado por la banda de música? Si es lo que yo creo, en dos años me veréis en la foto a mí también.

Popa y detalle del timón de un yate holandés cuyo nombre no recuerdo. Aunque no se ven en estas fotos, tiene las típicas orzas abatibles en ambas bandas.

Pues sí, gaitero en una banda de música de la escuela de cadetes belgas (de Lieja, "siseño", ahí, sin mar ni nada).

Algunos uniformes de la colección de Johnny Geldhof, un "conocimiento" que hicimos allí. Tenía parte de su impresionante colección expuesta en un peniche, en el quai des matériaux.

2 comentarios:

  1. El barbas de la foto de los desfilantes ¡es total!. Parece que lo hayan sacado de La Isla del Tesoro o de Moby Dick... jajaja

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  2. Espero que me invites a presenciar tu primer desfile... porque... de las rodillas estás bien, ¿no?

    Abrazos y tal

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