En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

miércoles, julio 16, 2008

Aquellas vacaciones



Las vacaciones. Esa época del año para descansar, para ponerse al día en lecturas, películas, aficiones, actividades de pareja, esa época en la que no hay prisas, ni agobios, ni estrés.

¿Os acordáis de aquellos viajes a la costa, interminables, de más de 8 ó 12 horas, dependiendo del destino?

¿Os acordáis de como papá, sacaba billetillo de 100 tras billetillo de 100 de la mariconera, claro, no había cajeros y parecían no tener fin, que sí lo tenia, sí, pero daba de si, sííííííííí....... y había para paellas, circo, chuches, aperitivo chiringuitero diario, feria, cine de verano con pipas, cubo y colchoneta?, ah! y patín de playa de esos de pedales del que año tras año se renegaba y se juraba no volver a alquilar en la vida, justo hasta el año siguiente, cuando claro, ya no se acordaba nadie de las quemaduras en la espalda del pedaleante, esas que mamá curaba con paños de vinagre, mucho mejor que el Aftersun donde va a parar, salvo si se dormía y le dejaba con el paño de vinagre toda la noche en la espalda lo que conducía irremediablemente a la Casa de Socorro a la mañana siguiente y a oler a ensalada el resto de las vacaciones.

¿Os acordáis de los pocos extranjeros que se veían, y como se quemaban ellos también (pero ellos si usaban Aftersun) como autenticas gambas a la plancha se ponían, pero a papá no le importaba, por que no dejaba de mirar a las mamás extranjeras, cosa que le granjeaba algún que otro codazo de mamá la cual a su vez iba tomando nota de los modelitos para emularlos por la tarde o a la vuelta a casa, casi siempre con muy poco éxito y fidelidad.

¿Os acordáis del resto de las vacaciones en el pueblo, no todo podía ser playa, donde eras el forastero listo que cobraba casi a diario a manos de los garrulos locales más versados, curtidos y hábiles a la hora de tirar piedras y tortazos. Excursiones en bici, al río, al pinar o a donde fuera, y los padres venían los fines de semana, a gozar de las vacaciones en familia, porque "estar de Rodríguez no son vacaciones" decían las madres y les hacían venir todos los sábados después de currar (sí, se curraba los sábados), y chuparse la caravana de vuelta el domingo, eso sí, llenos de provisiones para la semana?

¿Os acordáis de como mamá y papá se echaban la siesta y pendía pena de castigo sin cine si alguien osaba perpetrar cualquier tipo de molestia a tan sagrado descanso, o lo que fuera...?

¿Os acordáis de los zapatos de rejilla, de los calcetines transpirables, de los gorritos de baño con florones, de los Meyba con bolsillito y cremallera, de la Nivea como toda protección solar, de las sardinas asadas a duro la docena, de los atajos de papá en las excursiones, del extranjero montado en burro, de la huerta de la abuela, de la prima Pili y sus (uy no!!) de la tía Pura que achuchaba y pinchaba con el bigote al volver a casa al final de... AQUELLAS VACACIONES.

7 comentarios:

  1. Yo también recuerdo alquilar un coche de modelo distinto cada año, y cada vez más grande, hasta que mi padre se enamoró de aquel SIMCA 1200 y se compró uno igual. Y de como aquella sombra aerodinámica pero menos, con dos bicicletas ruedas arriba, nos acompañaba por los llanos de Albacete, provocando inverosímiles carreras por el campo y del revés.

    Y de llegar a la playa y en ese mismo momento ponerse a buscar apartamento y encontrar siempre, salvo una vez, que hubo que irse a otro pueblo.

    De aquellas paellas en el bar de la playa y de mi abuelo haciendo crucigramas... de espaldas al mar, porque él era de la Alcarria y a uno de allí nada le impresiona dos veces.

    De aquel flotador con cabeza de cisne y de la botella de Marie Brizard sin culo para pescar.

    De las Rayban de mi padre recién traídas de Canarias y mi reflejo verde en ellas, y de las fotos en las que, sin querer, todos los de la familia adoptábamos la misma postura al posar.

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  2. Dios mio cuantos recuerdos, es cierto que todo eso era así, lo he visto en "Cuentame" ya sabes la de Imanol Arias

    ;)

    besitos

    lágrimas de mar

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  3. Madre mía si me acuerdo!

    Y me acuerdo ir en un día a la playa porque no había para mas... y eran viajes de cuatro a cinco horas para comer en la playa, quemarte y volver jajajajajajajajja

    y en un seat super mirafiorit...

    Besicos

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  4. Yo soy de costa así que no me tocaba comerme las caravanas interminables, porque me iba con mis abuelos en tren al interior :-) Luego con mis padres me iba a recorrer España, pero siempre fuera de temporada, ya que mi padre trabaja el triple justo cuando los demás están de fiesta.
    Pero sí recuerdo las batallitas de los "guiris" que llegaban a visitarnos y a las señoras de edad y peso fingiendo que nadaban en la playa (se agachaban en la orilla y movían los brazos al estilo rana mientras caminaban sobre la arena), con sus gorros de goma, abrochados en la barbilla y los megafloros o pinchitos de colores llamativos. Luego llegó el despelote y esas mismas mujeres, con sus mismos gorros, nos ocultaban las permanentes y tintes pero nos mostraban unas enormes ubres colgonas, compitiendo con las buenorras que empezaban a atreverse a mostrar las pechugas al sol (y a los mirones de toda la vida, siempre apostados en los puntos estratégicos y a quienes ya teníamos motes que se pasaban de generación en generación)... ¡Ay!... Las historias de playa... jajaja

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  5. ¡Ah! y recuerdo los viajes en coche a Asturias, potando curva tras curva desde Galicia, en nuestro Seat 124 azul marino con tapicería granate, todo un lujo y muy fardón para la época (corrían los finales de los 70 y principios de los 80). ¡Qué buenas siestas me echaba en el asiento trasero despues de potar!, mientras mi madre ponía a prueba mi poca paciencia con sus cintas de Juan Pardo, una detrás de otra y vuelta a empezar. Nadie domina la tortura psicológica mejor que las madres de aquella época, aún infectadas por el fenómeno fan de los Beatles y los músic@s de los 60 ;-)

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  6. ahhhhhhhhhhhhhh, qué tiempos. No he vivido todo lo que contaís pero sí muchas de ellas, sobre todo las del pueblo.
    Naturalmente, nosotros no íbamos a ninguna playa, ya teníamos una al lado de casa ¿para qué sorprenderse de nuevo?
    Yo también me acuerdo de las bambas azul marino, de las tardes pescando en el espigón de Fuenterrabía, de los madriles pijos que venían cada verano y se hinchaban a colocarse botas de goma y chubasqueros con la primera gota de lluvia que caía...
    La entrada triunfal adolescente en el pueblo de tus padres, creyendo que te vas a llevar de calle a todos los lugareños. A aquella amiga mía del pueblo que no concebía ducharse mientras se tenía la regla por riesgo de embarazo.
    Joder, qué tiempos.
    Vailima

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  7. Yo, después de leer todos estos comentarios, que reflejan el interés levantado (solo el interés) necesito ciertas aclaraciones, a saber:

    ¿Como coño se pesca con una botella de Marie Brizard sin culo?

    Pobres jóvenes, que usan el Cuéntame como enciclopedia. Un día quedamos y te enseño cosas. De todo tipo.

    El Supermirafiori, otra modernez, si, en la época de la que habla el post lo mas moderno era el 1500.

    Dichoso aquel que disfruta de las vacaciones fuera de temporada, porque ellos evitaran colas (fiiiilas), turistas, y demás cochambre veraniega.

    Una de ciudad queriendo llevarse de calle a los del pueblo, si, si sisisisisisi... enga ya!!!!

    En fin, ya veremos si ponemos la versión moderna, es decir el ultimo capitulo "ESTAS VACACIONES".

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