La de verdad, no la de los poemas, hoy se ha despertado mojada otra vez, después de un par de semanas. La lluvia se rarifica, no así las obras. Cualquiera podría adivinar que el año que viene hay elecciones otra vez.
El caso es que levantan las desiguales aceras de adoquines y cambian escleróticas tuberías por otras nuevas de brillantes colores, por las que circularán bites, bits, baudios o vaya usted a saber qué. Luego, con minuciosidad digna de mejor causa, volverán a colocar los adoquines exactamente con las mismas irregularidades para que no olvides nunca que delante del portal número 37 se tropieza y del 51 se engancha el tacón de las chicas.
Pero lo que no arreglarán nunca es esa baldosa trampa, esa que, cuando llueve, se guarda el agua debajo y, al pisarla, la escupe poniéndote hecho un asco los bajos del pantalón.
Toda esta entrada no es más que una excusa para llevaros al poema enlazado arriba, "noción de patria..." No me gusta demasiado la poesía, pero cuando en un festival de teatro oí recitar éste, me dije que esta poesía sí. Luego supe que era de Benedetti.
martes, septiembre 30, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me quedo con estos versos, porque también yo los comparto ahora :-)
ResponderEliminar"... Pero ahora no me quedan más excusas
Porque se vuelve aquí,
Siempre se vuelve.
La nostalgia se escurre de los libros,
Se introduce debajo de la piel
Y esta ciudad sin párpados,
Este país que nunca sueña
De pronto se convierte en el único sitio
Donde el aire es mi aire,
Y la culpa es mi culpa,
Y en mi cama hay un pozo que es mi pozo,
Y cuando extiendo el brazo estoy seguro
De la pared que toco o del vacío, ..."
Señor viejo más viejo, estáis melancólico. Lo estáis (que yo sé que no lo sois) al estilo de Durero, como tiene que ser.
ResponderEliminar¿Duele alguna ausencia?
un abrazo por si acaso de consuelo.