En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

martes, octubre 14, 2008

¿Basta que no quieran ellos?, ¡ pues no!

Una vez más las fuerzas vivas de la ciudad hacen por "cuidar y velar" por los pobres ciudadanos que carecen, como todos sabemos, de criterio propio y se dejan llevar como borregos por los pensamientos de unos pocos (no si al final va a ser así, según voy escribiéndolo me voy dando cuenta) y así han decidido no dar publicidad a una película española. Así que yo se la doy y así me hace sentir como si les anulara esa tan "buena fe" de la que hacen gala.


via www.elpais.es

2 comentarios:

  1. Cada vez resulta más patético y más penoso el gobierno de las autoridades de Madrid. Pero han sido elegidos en las urnas. No sé qué grado de masoquismo impulsa a los madrileños a flagelarse políticamente de esta forma. De verdad, no lo entiendo.

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  2. Seguramente, en el fondo más escondido del genoma del madrileño, hay un gen retorcido, que sería el responsable de que , elección tras elección, una minoría social se imponga a la mayoría natural por dejadez y falta de motivación de ésta.

    Habría que estudiar también otros factores, como los estragos que las direcciones federales de los partidos progresistas han ido provocando en la fe de una militancia ya bastante desmotivada.

    Yo, por si eso dura, si algún día vuelvo, me empadronaré en Socuéllamos, en Mollerusa, en Peralejo de las Truchas o en Medinaceli, pero no en Madrid.

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