Una vez más, cuando se acerca la fecha de las elecciones al Parlamento Europeo, a uno le asaltan dudas sobre los criterios que siguen los partidos políticos para elaborar sus candidaturas.
Cada vez parece más claro que, al menos en el caso español, los escaños de Estrasburgo se convierten en una mezcla de exilio dorado para antiguas figuras próximas al fin de sus carreras políticas y de gueto de lujo en el que confinar a todos aquellos rebeldes o díscolos, o simplemente incómodos.
Si comprensible parece la opción de Rajoy de guardarse la baza de la proclamación de candidatos hasta el último momento, el nombramiento de López Aguilar como cabeza de lista socialista, no lo perdamos de vista, queda lejos de las previsiones de cualquier analista y... (me estaba recreando).
Cada vez parece más claro que, al menos en el caso español, los escaños de Estrasburgo se convierten en una mezcla de exilio dorado para antiguas figuras próximas al fin de sus carreras políticas y de gueto de lujo en el que confinar a todos aquellos rebeldes o díscolos, o simplemente incómodos.
Si comprensible parece la opción de Rajoy de guardarse la baza de la proclamación de candidatos hasta el último momento, el nombramiento de López Aguilar como cabeza de lista socialista, no lo perdamos de vista, queda lejos de las previsiones de cualquier analista y... (me estaba recreando).
Volvamos a Rajoy. Lo de alejar a los disidentes no es nuevo, ya lo han hecho otros partidos, y ellos mismos, no hay más que ver quién ocupa los escaños actualmente. Pero por favor, que no lo consideren un castigo. Con las nuevas reglas para las retribuciones de sus señorías próximas a entrar en vigor, y aunque no puedan manejar como antes, a su gusto, los alrededor de quince mil euros mensuales para gastos de secretaría y asistentes..., un sueldecito de ocho mil euros mensuales, dietas y viajes aparte, no está nada mal como castigo, es más, ¡le dan a uno ganas de ser malo!
También podría aplicar el lider pepero esa ley física que contradice a todas las demás, esa que dice que en política y en la administración, a partir de un determinado grado, no se cae hacia abajo, sino hacia arriba.
Veremos.
No conocía esa ley, pero sospechaba que, en según qué puestos (te diré que es generalizable a la empresa), la gravedad se invertía y se caía al revés, pues de otro modo no podía ser posible que todos los giles lleguen a dirección general por norma (y me disculpo con los pocos que llegan porque valen). Aunque tuve un compañero que se basaba en el sadismo de la jerarquía y decía que hay que dejar a los tontos que suban muy rápido, porque cuando caen, caen desde más arriba... jejeje
ResponderEliminarYo también quiero un castigo así...menuda penitencia...jajaja..
ResponderEliminarBesos muy cálidos