Están todas estupendas.
Y ahí podíamos dejarlo, pero no, el cuerpo me pide escribir sobre las elecciones del domingo 7 de junio, día en el que estuve a punto de lanzar la mesita de delante del sofá contra la televisión, al ver aparecer en pantalla a Leire Pajín diciendo que el PSOE era el partido socialista más votado de Europa. Nunca me cayó bien esta chica, y esa tarde estuve a punto de quedarme sin televisión por su culpa.
Europa ha hablado, al menos la parte que ha votado, que la otra ni siquiera tuvo el coraje de acercarse a las urnas, ni en los países donde el voto es obligatorio. Porque quiero creer que sólo una abstención cercana al sesenta por ciento es la causante de que hayamos decidido que una mayoría conservadora en lo moral, retrógrada en lo político y rastrera en lo económico y social sea la que domine el Parlamento Europeo durante el próximo lustro.
La crisis provocada por los neocons será gestionada por los neocons y los cons de toda la vida. ¿Brotes verdes? Sí, Cohn Bendit ahora desde Francia y subidas de partidos ecologistas aquí y allá. En España no tenemos de eso. Todo lo más, partidos "sandía" (cáscara verde, interior rojo, pero poco consistente).
La debacle sin embargo no empieza con estos resultados. Todo viene de cuando un grupo de listos decidió montar una comisión de expertos, comandada por Giscard, la malparida Convención, aquella que redactó un nuevo Tratado para la Unión, al que osaron llamar Constitución Europea, sin explicar sus verdades, retorciendo y forzando argumentos contradictorios en un momento en el que la población todavía no era escéptica. Los Estados Nacionales, los que debieron despojarse de soberanías hacia arriba (hacia un poder único, federal, europeo) y hacia abajo (la verdadera Europa de las Regiones), encarnados por partidos políticos trasnochados, únicamente preocupados por su propia supervivencia, no hicieron sus deberes.
Las ampliaciones sin criterio alguno, forzadas desde el otro lado del Atlántico, con destructivas cuñas made in Poland y Chequia abrieron las grietas por las que el futuro de una Unión Europea federal, fuerte, importante, empieza a desmoronarse antes casi de haberse comenzado a levantar. Imparable proceso. Y con Barroso y Blair como futuros jefes del cotarro...
Lo bueno es que ya nunca habrá un nuevo rapto de Europa, ¿quién querría raptar a tan decrépita y arruinada dama?
lunes, junio 08, 2009
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El problema es que los de derechas votan siempre casi todos, los de izquierdas solo cuando están hasta los cojones y los demás da igual.
ResponderEliminarLa Pajín, bromas a parte con el nombre, es como una barriobajera vestida de medio-limpio en los modos, me recuerda a Peggy (lo siento por Peggy) y si al menos hubiera alguien en esa banda con la labia del González, el desparpajo del Guerra y los huevos del José Tomás, otro gallo cantaría. Quien diría que les echaríamos de menos.
En cuanto a lo de Europa, es la utopía echa institución, si alguien se le escurrió algún día que estados de mas de 500 años cederían sus derechos a burócratas, iba dao, que decíamos en mi barrio.