En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

viernes, septiembre 25, 2009

la vuelta de P.

Hace tiempo hablé de una de sus corbatas, la de la elegante filigrana dorada sobre el discreto fondo negro. Ahora la ilustro:


Este hermoso toque de buen gusto en el vestir se distorsiona un poco cuando, agarrando el extremo inferior de la corbata, la ponemos horizontal, maniobra que reproduzco girando la siguiente foto para que no se os disloquen las cervicales:



¿Sospechoso? Veámoslo mejor tapando la parte inferior de la filigrana:



Efectivamente, Bull Shit.

Pero esto es sólo una de las facetas de P. Además de jugar con las corbatas, también puede hacerlo con gorras. Tomemos el ejemplo de esta bisera con lo que parecen motivos orientales:



No nos engañemos, ya conocemos al personaje. Otro viraje de foto, de rumbo, no de color, y...




Ahí tenemos otro mensaje, nada subliminal. Claro, conciso. Como su lenguaje, eso sí, cuando deja de mascullar entre dientes. Este es P.,




compañero y a pesar de eso amigo, con una gran humanidad (en todos los sentidos), paciencia tan infinita como lo son sus ganas de fiesta y dotado de un sentido del humor a prueba de gente como yo. Encantado de conocerte, P.


2 comentarios:

  1. ¡¿Y quién no estaría encantado de conocer a P.?!. ¡Qué alegrón volver a saber de él y sus ocurrencias!. La verdad es que lo habías descrito tan bien que en la foto, aunque lo ocultes, lo reconocemos tod@s sin esfuerzo ;-) Una question: las corbatas/gorras las compra hechas o las hace él, con esa paciencia infinita de la que hablas, pintadas a mano sobre tela, con esos pincelillos de apenas tres pelillos timoratos?... Es que ya es suerte encontrar tantas y todas con mensaje/moraleja... jajaja

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  2. Aaaayyyy... P, y solo es la puta del iceberg...

    He dicho punta? no hombre, este es la parte oculta del iceberg...

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