Elementos
Ni Felipe II mandó su flota a luchar contra los elementos ni nosotros podemos hacer más de lo que hacemos cuando todo se confabula contra nuestros objetivos. Ni esto es el Escorial ni nosotros somos ni Romeo ni Julieta, ni yo un caballero de los que dicen ¡Ní!
Cuando no es la red, son los mozos; cuando no son los teléfonos, son las autoridades. El caso es que hay momentos a lo largo del día en los que nos sentimos como Don Quijote justo justo después del porrazo contra los molinos que creyó gigantes.
Angola balda y "baldaos" estamos.
En uno de esos momentos de desolación absoluta (como la de aquella escena de las películas del inspector Clouseau, en la que regresa a casa, cuelga sus guantes en el galán de noche y caen al suelo, cuelga su sombrero en el galán y también cae... y el mira al cielo y abre las manos en demanda de una clemente explicación) pillé al pobre BH, coordinador de la misión, que por un sólo instante dejaba ver en su rostro la impotencia que sentía. Courage, le dije, y me contestó: "No, verás, yo ya me doy por satisfecho con que el tiempo no pare. ¿Sábes esos momentos en los que uno quiere que el tiempo se pare? Pues yo quiero justo lo contrario, que no se pare, que siga discurriendo, y si puede ser mas deprisa, mejor."
Pero además de problemas también hay folclore, del artístico y del social, del que se baila y del que se padece. Hoy mismamente el microbús se ha parado en una esquina y un grupo de chicos de color (negro) ha empezado a insultarnos a los blancos que íbamos dentro, haciendo comentarios sobre la reputación de nuestras madres, que cuestionaban sin excesivas florituras del lenguaje. Yo he entendido lo que decía uno de ellos y he puesto una cara que le ha debido parecer insultante, así que ha pegado un puñetazo al cristal de la ventana. El conductor al oír el golpe ha salido del atasco haciendo chirriar las ruedas. No, hoy no teníamos escolta.
Anoche, en la recepción de los co-presidentes hubo música y bailes angolanos y creo que por primera vez en mi vida aprecié la danza como expresión artística. Lo que hasta ahora eran chicos y chicas guapos y proporcionados contorsionándose más o menos grácilemente, o dando saltitos, ayer se convirtió en una serie de movimientos sensuales, atractivos y atrayentes. No, no eran viejas, ni estaban gordas. (Enfermos.)
Horas antes de ésto montaron en los pasillos de la asamblea un tenderete con motivo del día anti sida. Daban pines y preservativos, o dicho de otra manera, pinchos y globitos. Con el reparto de los preservativos masculinos no había problema. Empezaron dándolos de uno en uno, y luego de tres en tres (tralara tralara... que fácil es). Con los femeninos facilitaban también un prospecto, porque parece que la cosa no es tan sencilla. Parece que no tuvieron el éxito esperado entre los castos representantes de los estados miembros, ni siquiera entre las lujuriosas huestes del funcionariado, y no estaba previsto recoger lo sobrante. Mañana vuelvo a casa con alrededor de doscientos condones fabricados en China. Tengo que hablar con Dimitri. El sabrá que hacer con ellos.
martes, diciembre 22, 2009
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