En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

jueves, abril 19, 2012

despertemos

¿Qué está pasando? Antes de que esto que voy a escribir sea tipificado como delito (de sedición por lo menos, con pena de muerte si es ante el enemigo; recordad queridos la naval tradición de la lectura de leyes penales de los sábados por la mañana), y a la vista de esto (gracias, Forges):



¿Cuándo vamos a reaccionar, cuándo vamos a salir a las calles a quemar un par de bancos? ¿Qué hacemos con esos parlamentos llenos de hipoócritas que se permiten decir que ya no estamos en campaña y que ya no es necesairo engañar más al personal?

1 comentario:

  1. Salir, algunos salimos.. y ganas de quemar hasta el apuntador no faltan.

    Lo que jamás entenderé, es el aborregamiento, la pasividad, el mirar para otro lado, el autoengaño y el echar la culpa al que se fué de todavía muchos de mis conciudadanos, y cada vez me provoca más y más asco...

    Ya sabe.

    Un besote.

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