La situación está tan mal desde hace tanto tiempo que el cuerpo me viene pidiendo un desahogo en el blog desde hace meses. Lo voy dejando y dejando, y la coyuntura empeora sin parar. Hasta he llegado a pensar que podría haber una relación directa entre mi pereza y el deterioro económico. Por si acaso, procedo, pero no acepto responsabilidades si después de publicar esta entrada, las cosas no mejoran (;-)).
En ocasiones como la que vivimos, sin duda la más putrefacta que los siglos vieron, es justo, urgente y necesario identificar a los responsables. Esos voceros de los mercados y profetas de lo ya ocurrido que se llaman economistas tienen tantas opiniones como escuelas (o sectas) a las que pertenecer. Hoy apuntan alto, mañana bajo. Nadie da en el clavo, todo son conjeturas. No aciertan a señalar culpables o a recetar remedios. Quizá sea por tal, o por cual, dicen, pero luego el que aparece es Pascual... y tampoco.
Yo, que de otra cosa no sabré, pero de esto menos todavía, tengo claro que hay un responsable por encima de todos los demás. Alguien que cuando llegó al poder tuvo la oportunidad de arreglar las cosas y en lugar de eso, miró hacia otro lado; que cuando empezó la crisis la negó y que llegó a asegurar que teníamos el mejor sistema financiero del mundo. Alguien que defraudó a muchos españoles, engañó a muchos más todavía y que se despidió del cargo indultando banqueros y chorizos (oh, wait... ¿no es lo mismo?). Alguien en suma que aprovechó la bonanza económica resultado de la burbuja en beneficio de todos, implementando una serie de derechos y de reconocimientos que, vergonzosamente, tuvo que retirar cuando aquello se pinchó, que no pudo/supo/quiso reaccionar a tiempo y que nos dejó en manos de los sinvergüenzas, expertos en neolengua y maestros del eufemismo que nos gobiernan actualmente.
Aznar fue un mal gobernante que nos llevó a una guerra ilegal, pero que al menos hablaba catalán en la intimidad y tuvo el detalle de dejarnos en herencia a los madrileños a la mejor alcaldesa de nuestra historia (espero no estar equivocado, creo que es la primera), Rajoy es un simple, un embustero cobarde e incompetente, pero ninguno de los dos me sorprendió. Todos sabíamos de que pie cojeaban y a qué venían.
ZP sí, y me defraudó, y me engañó, y sirvió en bandeja el poder omnímodo al partido de los depredadores, de los poderosos, al de aquellos que cuando pierden unas elecciones piensan que les han robado algo que legítimamente les pertenece: la poltrona.
ZP, tú nos metiste en ésto por no sacarnos a tiempo de aquello. Y ahora has dejado a tu partido en el mismo saco en el que ha de pudrirse el de enfrente. Ya no es momento de socialistas o populares. Vuestro tiempo ha pasado. Desapareced pronto, por el bien de todos.
jueves, junio 14, 2012
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Pues sí... a ver si es que nos hemos criado en el mismo barrio!!!
ResponderEliminarQue no es lo mismo que
Pues sí... a ver, si es que nos hemos criado en el mismo barrio!!!
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ResponderEliminarCuanta razón! Como diría alguien que yo me sé... "IRSE TODOS AL CAPULLO"
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ResponderEliminarEso... ¡¡¡IRSE, IRSE!!!... Pero todos y todas, ¡¿eh?!... :@
ResponderEliminarQue aquellos que vieron sus comentarios eliminados aquí no sospechen censuras ni conspiraciones. Estaban repetidos. Cosas de blogger.
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