Es que ya llevo tres y tenía que contarlo. El primero fue ya hace dos semanas. El gran concierto de la escuela: un coro de preescolar, otro de primaria y otro de secundaria, una big band junior y una big band, un ensemble de percusión y otro de guitarras, una orquesta de cámara y otra sinfónica. Todo esto en una escuela normal, no una de música, pero con afición. Y todo esto alquilando el teatro del Conservatorio de la ciudad. Magnífico.
El siguiente concierto fue ayer, una audición típica de fin de trimestre, de piano, que debería haber estado reservada a los alumnos. Los profesores suponen que los padres somos de baba fácil y... tienen razón. Estupendo.
Pero el de hoy, el concierto de navidad de los alumnos de solfeo de la escuela comunal ha sido lamentable. De momento, los alumnos cantaron con la música en playback y como nadie sabía cómo eliminar las voces de la grabación, pues también con coro de niños enlatado. Eso sí, disimulado al máximo. Los de declamación hicieron lo que pudieron. Reconocedme que declamar en francés no es lo mismo que recitar en buen cristiano carabanchelino. Triste, pero, afortunadamente, breve.
miércoles, diciembre 19, 2007
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Pero, ¡Oh sabio entre los sabios!
ResponderEliminarComo bien sabes, por lo que conoces y por lo que conté del bendito recién inaugurado centro cultural de mi barrio, en el carabanchel cristiano en el que nuestras mercedes habitamos, los conciertos y los recitales (si los hubiese) son para todos menos para los cristianos carabanchelinos.
Incluso vienen cristianos adinerados del otro lado del Río.
En el próximo al que vayas acuérdate de nos y ora.
Como siempre Salu2