En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

martes, mayo 06, 2008

Despedida

En mis viajes a lo largo y ancho de este mundo , nunca encontré una igual que esta despedida de soltero:

Lugar: pueblo de León
Hora: 19:00 aprox.

Érase un novio de un tractor colgado, érase un novio vestido de indio de tienda "todo a cien"

la foto es mala, lo sé, como las demás, pero lo importante es el detalle, el detalle del cubo de pintura y el rodillo... peligroso presentimiento

llegaron los celebrantes, que no el celebrado que ya estaba allí, éstos, los celebrantes, también venían disfrazados, manía que se ha puesto de moda en las despedidas de soltero y que las hace aun más penosas, en este caso de vaqueros de tienda de "todo a cien"

si alguien no distingue bien, este es un breve esquema de la situación.

En fin, la juerga contable y conocida se baso en lo siguiente: tener colgado del tractor al sufrido elemento toda la noche mientras los celebrantes iban de bar en bar y entre bar y bar visitaban al indio que ni cenó ni bebió, ya que por una rara habilidad la garrafa de vino no era accesible para él.

En alguna ocasión, uno de los celebrantes accedía a los controles del tractor y se dedicaba a bajar y subir la pala del mismo, de modo que el celebrado casi llegara a tocar el suelo pero sin lograrlo.

En otro momento de una de las visitas de los vaqueros, el indio comunicó su inminente deseo de evacuar su vejiga, nada mas fácil y divertido, los celebrantes entre gran alborozo y regocijo desplazaron el tractor, por sus propios medios (los del tractor) no a rastras aunque hubieran sido muy capaces, hasta un solar vallado cercano, donde tras suspender del otro lado de la valla al indio y sin bajarle le conminaron a ejecutar su necesidad, cosa que hizo entre la algarabía propia de tal hazaña.

Al final la pintura y el rodillo solo eran para pintar una raya desde la casa del novio y de la novia hasta la puerta de la iglesia, no fuera a ser que se perdieran el día de la boda. Ah! por lo visto si la iglesia no es la del pueblo o la del pueblo de al lado paran de pintar la raya a la salida del pueblo. Que detalle.

3 comentarios:

  1. Ea, y si no aguantan una broma, que se vayan del pueblo, (hombre ya).

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  2. Eso le pasó por hacer el indio... juasjuasjuas

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  3. perores cosas se han visto... como la de aquél pobre novio al que por querer cortarle la corbata con un motosierro le rebanaros el pescuezo.
    Ya lo dijo Cervantes: "gente de pueblo, gente..."
    Con mis más sentidos respetos.

    Salu2

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