(O sea, entero.) Vueltecita por el barrio. Estudio antropológico: ¿de qué país hay más banderas? A pesar de su eliminación, predominan las portuguesas, pero qué esperáis de un barrio, éste de la Place Flagey y la Couronne, donde la panadería se llama "Garcia" (así, sin acento) y los cafés "Caramulo" y "Portugal (apoia a Selecção)". Algunas belgas quedan, pero esos no juegan, así que creemos que lo que les pasa es que no saben que ya tienen gobierno. Italianas pocas. Españolas alguna más, y allá, al fondo del parque, en la esquina, una bandera republicana (con dos cojones).
Partido:
(Ya no está entero.) Aburrimiento durante el primer tiempo y constatación de que el video que circuló el viernes por los correos electrónicos, en los que se veía, grabado desde unos matorrales, a un equipo de fútbol cuyos componentes, a toque de silbato, caían al suelo dramáticamente fulminados, no era un fake, sino un verdadero entrenamiento italiano. A lo largo del segundo tiempo se pone bastante en entredicho la reputación de la señora madre del árbitro así como del óptico que le graduó las lentillas al colegiado-de-los-cojones.
Negros presagios durante la prórroga. Nueva constatación: el espíritu Atlético (de Madrid) impregna, no, baña al equipo nacional. Penalties. Me pierdo el de Güiza, no quiero mirar porque este chico celebra los goles como Kiko y ya es mucho colchonerismo. Lo sabía, se lo iban a parar. También sabía que Cesc lo metía, por eso miro. Y gol. Siguiente constatación: Buffon ya no es el mejor portero del mundo. Jubilados Reina (padre) y Rodri, retirados Abel y el Mono Burgos, san Iker es el mejor (ya, ya se, pero no me lo podeis rebatir, indios del alma). Hecho, roto el maleficio. Alegría (contenida, los vecinos de abajo son italianos y buena gente) y a empezar a soñar con la final.Post-partido.
Estamous trabajandou en ellou.
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