En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

lunes, septiembre 08, 2008

cartelitos

Algunas de las fotografías tomadas a estos carteles son lo suficientemente antiguas para disculpar su calidad, debida a los medios con los que fueron tomadas y al estado del fotógrafo. Esta primera, por ejemplo, fue al óleo, pero demuestra a las claras que todos los caminos llevan a cualquier parte, con poco que uno se empeñe. Recordad aquella "imagen típicamente belga".



Este peluquero alsaciano, seguramente bajo la influencia de alguna sustancia tóxica estupefaciente, decidió corregir al rotulista e innovar, redactando él mismo la placa de su establecimiento. O eso o algún curso de psicología por correspondencia tuvo que ser.



Esta fotografía, no demasiado exhaustivo catálogo de títulos del Católico Fernando de Aragón, recoge al final las cualidades de Isabel como esposa, y no su retahíla de señoríos. A ver si era por no entrar en las siempre odiosas comparaciones...



Tomada en el Capitolio de Toulouse que, como yo ignoraba, es a la vez sede municipal y del teatro de la ópera. Este cartel, sin embargo, estaba pegado a la puerta de la parte política. Que cada uno saque sus conclusiones.



Ya, ya sé que vosotros lo sabíais, pero yo no. Hay que ver lo que se parecen el catalán y el occitano, y éste y el francés, y éste y el catalán... Al final somos todos tan parecidos que buena gana de ir derrochando energía y recursos en fijarse precisamente en lo que nos hace diferentes.



Tontuna reglamentista bilingüe llevada al extremo, aquí, en mi barrio


Nuevo salto a Alsacia. Las "s" que pinta este señor son verdaderos garabatos místicos. El resto está muy "currao".


Y para acabar, queridos lectores políglotas (y los otros), disfrutad de esta joyita gentileza de la autoridad portuaria alicantina.

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