Algunas de las fotografías tomadas a estos carteles son lo suficientemente antiguas para disculpar su calidad, debida a los medios con los que fueron tomadas y al estado del fotógrafo. Esta primera, por ejemplo, fue al óleo, pero demuestra a las claras que todos los caminos llevan a cualquier parte, con poco que uno se empeñe. Recordad aquella "imagen típicamente belga".
Este peluquero alsaciano, seguramente bajo la influencia de alguna sustancia tóxica estupefaciente, decidió corregir al rotulista e innovar, redactando él mismo la placa de su establecimiento. O eso o algún curso de psicología por correspondencia tuvo que ser.
Esta fotografía, no demasiado exhaustivo catálogo de títulos del Católico Fernando de Aragón, recoge al final las cualidades de Isabel como esposa, y no su retahíla de señoríos. A ver si era por no entrar en las siempre odiosas comparaciones...
Tomada en el Capitolio de Toulouse que, como yo ignoraba, es a la vez sede municipal y del teatro de la ópera. Este cartel, sin embargo, estaba pegado a la puerta de la parte política. Que cada uno saque sus conclusiones.
Ya, ya sé que vosotros lo sabíais, pero yo no. Hay que ver lo que se parecen el catalán y el occitano, y éste y el francés, y éste y el catalán... Al final somos todos tan parecidos que buena gana de ir derrochando energía y recursos en fijarse precisamente en lo que nos hace diferentes.
Tontuna reglamentista bilingüe llevada al extremo, aquí, en mi barrio
Nuevo salto a Alsacia. Las "s" que pinta este señor son verdaderos garabatos místicos. El resto está muy "currao".
Y para acabar, queridos lectores políglotas (y los otros), disfrutad de esta joyita gentileza de la autoridad portuaria alicantina.
lunes, septiembre 08, 2008
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