En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

miércoles, septiembre 24, 2008

Pero dejadme...!! ainn...!! que yo prefiera...!!


Es un asunto muy delicado

el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.





Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.



La guillotina, por supuesto,

posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae en el cesto,
ojos y lengua de través.



No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser el as.

Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.



Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.



Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
par ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.



Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.



8 comentarios:

  1. Poco delicado?... poco tolerante?... poco pro-derechos humanos?... poco ético?...

    Que no toquen los cojones, a veces uno también se cansa de ser todo eso.

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  2. jajajaja, un día sin la internet y al joven le salen los instintos asesinos. juas, qué poco delicado, qué poco tolerante, qué poco pro-derechos humanos, qué poco ético, qué te vamos a tocar los coj...
    ah, que me he confundido.

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  3. Perdone usté, pero se ha liado.

    No había caído en que era aplicable también a esos magníficos proveedores de servicio de este no menos magnifico país.

    Este post estaba directamente relacionado con el anterior del viejo mas viejo.

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  4. excusez-moi, monsieur. Je comprends.
    Cogne!, quelle mauveuse lait avez-vous!.

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  5. Venía yo de compras por aquí, como es mi regular costumbre, y he estado mirando durante un rato el escaparate. Pero echo en falta alguna máquina más safisticada, no sé, como de retorcer tobillos o de empalamientos rápidos. Quizá es que no es temporada.

    Un saludo.

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  6. ¡Joé!, hay que estar muy inspirado y tener mucha sesera para hilar texto e imágenes de esta manera... Me he quedado sin palabras... :-O

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  7. higos maduros,
    lo que sea hay que exterminarlos a golpes de higos maduros, masacrarlos higazo a higazo, reducirlos a la nada enterrándolos en higos, y no sigo con el higo
    que me sube el azucar.

    (¡va!, aficionaos al castigo, ¡..gente más poco leída coñe..!,) hay que escucharlos gemir, eterrrrnamente
    - ¡No, nooooo, más higos no.

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