El sábado 6 de junio, puntualmente, a las 21h00, en la Euroferia (que empezó siendo feria andaluza de Bruselas y ahora es la auténtica "feria española", con cacharritos y casetas de las cuatro esquinas ibéricas, incluyendo portugal, y de sudamérica), en un escenario montado frente a un Atomium enmarcado por una gigantesca noria, y con olor a churros y a sardinas... salieron a tocar Los Secretos.
Dijeron que era su primer concierto en Europa (fuera de España, entendimos) y no defraudaron a nadie, salvo cuando Álvaro Urquijo se empeñaba en decir alguna que otra palabra en francés. Su nivel es parecido al de ZP en inglés y al mío en quechua. Además, no creo que hubiera más de tres francófonos entre el público. La concurrencia estaba mayoritariamente formada por españoles.
Aunque había gente de edad respetable que cantaba las canciones más conocidas del grupo, fue curioso comprobar también la gran cantidad de gente joven, casi todos Erasmus, que asistieron. Estos chicos de Los Secretos ya tienen una edad, pero hicieron un directo irreprochable, llenos de energía, expresividad y perfección técnica y musical (aquí como si yo supiera...).
Hacía mucho que uno, curtido en mil conciertos sanisidriles, no volvía a desempeñarse en tan rudo afán, pero las cosas han cambiado mucho. Antes uno iba a un concierto a saltar, a gritar, a empujar un poco al de al lado y a que le empujaran, pero fundamentalmente a escuchar la música y a divertirse. En el concierto del sábado la gente fue de tertulia. Había decenas de corrillos de jóvenes que charlaban a voz en grito, para poder entenderse con la música de fondo, y de vez en cuando aplaudían y cantaban, pero más bien poquito. El signo de los tiempos: aquello parecía más bien un botellón con fondo musical de lujo, grabado con cientos de teléfonos móviles y cámaras digitales. Al menos no hubo mecheritos.
Nota negativa: una tiparraca detrás, a mi izquierda, jovencita pero ya con un dedo de maquillaje dando color, rellenando poros (y cráteres) y disimulando espinillas, no pudo la pobre reprimir un grito de "Arriba España" en un momento de curiosa exaltación patriótica-político-filosófica y puede que etílica. A mí me dio miedo. Siguen ahí, existen, están por todas partes y no les importa hacerse patentes. Como no la tienen, no les puede dar vergüenza.
domingo, junio 07, 2009
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Bueno, en todas flandes cuecen habas.
ResponderEliminarBueno, era jovencita no?
ResponderEliminarPues eso
Besicos
Estoy de la "movida madrileña" hasta los pelos, pero de los grupos de pijillos que se sumaron a la movida madrileña y ahora dicen que eran iconos de la misma, ni te digo ya.
ResponderEliminarEstos mismos, los del reciente muerto, y otros más.
Donde estan los tipos dentro del espejo que me miran con cara de conejo? donde los soy un macarra, soy un ortera, voy a toda ostia por la carretera?
¿Ven ustedes por qué nos consideramos LOS VIEJOS DEL PALCO?
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