Sólo ayer, tras la visita al museo Magritte de Bruselas, he creído haber descubierto que mis limitaciones en cuanto a la comprensión del arte contemporáneo no eran tales, sino simplemente una cuestión de opinión.
Me explico: lejos de vacuas pretensiones, ahora sí creo estar en condiciones de decir que, aunque los de ARCO y los artistas contemporáneos se empeñen en vendernos (porque al final se trata de eso) sus obras como arte, no son sino pamplinas. Me baso sencillamente en una frase de Magritte, reproducida en uno de los muros del museo, que traducida viene a decir:
"El arte llamado no figurativo no tiene más sentido
que la escuela que no enseña o que la cocina que no alimenta"
que la escuela que no enseña o que la cocina que no alimenta"
Y ahora el que quiera que discuta el contenido de la frase y la autoridad del que la escribió.
Esto no quita reconocer que pueda haber tanto bellas pamplinas como desafortunadas chapuzas figurativas... (Vamos, que nos quedamos como estábamos, pero más leídos.)
Como decía aquella entrevistada por Gomaespuma: "Me deja usted absurdo..."
ResponderEliminarYo siempre he pensado que Miró (entre otros/as) debería devolver el dinero de sus "artes" a sus estafados clientes, aunque haya cosas que me gusten... ;-)
ResponderEliminar