viernes, noviembre 27, 2009
Crónicas "angolanas" I
"Credenciamento".
El vuelo fue largo, aunque las excesivas atenciones de las azafatas cuando viajas en business hacen que el tiempo se te pase volando (ya veis, hacen falta cuidados extras para que el tiempo vuele en un avión). La llegada al control de inmigración hace levantar murmullos. Nos separan del resto de los pasajeros. ¿Atenciones extra otra vez? No se sabe, cualquier fila corre más que la nuestra y encima se quedan con nuestros pasaportes. Las maletas llegan por la cinta equivocada, pero todas. Nos conducen a un autobús, nos dan una vuelta al aeropuerto y nos bajan, cinco minutos mas tarde, en una sala VIP. Calculamos que andando habríamos tardado cuatro. Nos piden que bajemos del bus y que dejemos todas nuestras maletas y equipaje de mano dentro. Nos van a acreditar para la Asamblea.
Botellas de agua mineral, zumos y galletitas se agolpan en unas mesas bajas dispuestas frente a lujosos sofás de cuero. Vienen a buscarnos de uno en uno, nos llevan a unos mostradores donde gente que tiene pinta de que está por primera vez frente a un teclado, y a pesar de fijarse en tu pasaporte, va cometiendo todas las faltas imaginables al escribir tu nombre y apellido. Cuesta trabajo hacer comprender la diferencia entre delegado y staff. Por eso JM, bruselés blanco y rubio, impresor, acaba siendo JM, delegado angoleño. Ese badge valdría millones en el mercado de los badges defectuosos si lo hubiera.
Cuando llega mi turno, el señor acreditador (o ingeniero do carro dos credenciamentos) se empeña en cambiar mi querido Hurtado por el sin duda más lusófono Furtado (vale, no comparemos a la Nelly con el Jordi). Solo a la tercera comprende que mi padre no permitiría jamás el cambio y que a mí siempre me hizo mucha ilusión aquello de decir Hurtadoconhachemuda. A continuación agarra lo que a primera vista parece una webcam, marca Microsoft, la acerca a menos de una cuarta de mi prominente naso y ordena: dé un paso atrás. No es el momento de decir: retira tú la cámara un poco, gilipollas, porque hace ya dos horas que esperamos que acrediten a un grupo de veinticinco personas, acabamos de volar directo cuesta abajo durante ocho horas y media, estamos cansados, hay mucha humedad y empezamos a ver mosquitos, esos bichos con los que nuestros servicios médicos nos han estado acojonando durante el ultimo mes. Doy dos, no uno, y me corrigen esa rebeldía. Al final ocurre lo que tiene que ocurrir y salgo como en una foto que me hicieron hace años con un objetivo "ojo de pez" y que los más avezados internautas podrán encontrar buscando las palabras "Maturin" y "#atleticoinomanos" en internet. Todavía se para la gente por los pasillos para verme el retrato, dos días después.
A las tres horas y media de esperar a que acaben de darnos nuestras credenciales y nuestros pasaportes de una puta vez (que solo somos veinticinco, coño, ya veremos que va a pasar aquí dentro de mes y medio cuando organicen la copa de África de júrgol), a las tres horas y media, digo, el danés LN (aunque en su credencial figura como alemán, por caprichos del ingeniero) descubre, en uno de sus paseos mas allá de los limites de la sala, que el equipaje ya no está en el autobús, sino en otra sala, abandonado, y comienza una silenciosa, discreta revolución: bueno, que ya esta bien, chicos, que terminéis de una punheteira vez de retratarnos y que a ver si nos aclaramos y nos lleváis a los hoteles, que ya va siendo hora, pijo. No dicho así, claro, sino cogiendo nuestras maletas y saliendo a la calle es como se acaba la incómoda retención a la que estábamos sujetos. Alguien piensa que sí, que para un primer contacto con el país ya es suficiente y nos embarcan de nuevo con destino a nuestros alojamientos.
Menos mal que en el hotel saben manejar grupos numerosos y a las once de la noche todos tenemos, por fin, un sitio donde desfallecer a gusto.
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Bienvenido a África. Ya que estás por aquí, ¿no te apetece visitar cierto archipiélago africano?
ResponderEliminarParece que la reunion de primavera sera donde los chicharreros.
ResponderEliminarYo no es por, pero esto con fotos del acreditador ganaría un montón.
ResponderEliminarAy, pobrinho....
ResponderEliminarMeu velho, qué te están façendo?
Jajjajajajajjaja...
¡¡ Furtado!!! jjajajajajjaja.
Genial
Un besote!!!
pd. Me encantas así vestido de Viejivingston, supongo. ;)