Este tuvo menos suerte que el taxista del post anterior, si bien es verdad que debía haberla hecho peor, ya que el coche gris era un camuflado que le perseguía. Yo iba en el coche y de repente vi al amarillo volando y dije "¡Mira han puesto un anuncio de un coche volando enfrente del hotel...!"; pues no, volar volaba, pero no era un anuncio.
martes, noviembre 03, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡ Volareeeeeeeeeeeeee, oh, oh!
ResponderEliminar¡¡ Frenareeeeeeeeee, oh, oh, oh!!
;)
:* :*
Al menos hizo la buena obra del día: ¡JODIÓ UN PARKÍMETRO!
ResponderEliminarIba a decir una barbaridad, pero mejor no lo hago, que puedo herir sensibilidades. Me recuerda a otro coche volador.
ResponderEliminarNchst....
Besos :*
Yo a estas cosas estoy más que acostumbrada... Viniendo de donde vengo... Y verlos así pero después de haber caído desde un puente de la Ring Road al mullido desierto... pues... en mi barrio ¡a diario!. Y a todo se acostumbra una... :-S
ResponderEliminar