Pero no, el ahora llamado Barrio de las Letras, se ha convertido, al menos en estos días y gracias a una iniciativa de la Asoc. de Comerciantes del BDLL, en rincón de gente superguay. La cosa ahí celebrada se ha llamado DecorAcción y ha juntado a más snobs, supramodernos, jubilados aburridos y cuarentones de look entre pijofashion y bohemiosigloXXI de los que mis pobres y presviciosos* ojos podrían soportar, pero queda el consuelo de que unos van a que los vean y otros a reirnos de ellos.
Aun así sobrevivimos a la marabunta del supuesto mercadillo en el que no se veía vender absolutamente nada y en el que los ninios merendaron a base de ir cogiendo patatas y ganchitos de cada bandeja de las que ponían para agasajar a los clientes.
Ah! por una vez nos llevamos la cámara e hicimos algunas fotos sin reparo, aquí dejo algunas; por cierto esta vez las fotos son de mi hija:
* Si ya sé, ese palabro no existe, pero viene a ser una mezcla entre presbicia y vicioso, así que me lo apunten para la RAE.













Si esto es el arte, ahora entiendo por qué mis Felties no son famosos ya... ;-)
ResponderEliminarVa a ser cuestión, simplemente, de colgarles alguna silla. Verás qué cambio.
ResponderEliminarO ponerle broches a las estatuas y diademas, patucos... juasjuasjuas
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