En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

jueves, mayo 20, 2010

no pasa nada

Segunda final del Atlético de Madrid este año. Esta vez no pudo ser. Se luchó, se jugó uno de los mejores partidos de la temporada ante un Sevilla rácano, marrullero y hasta agresivo, que además llegaba con la ventaja de la amnistía de la suspensión a uno de sus jugadores claves. Si esto sienta precedente, los jugadores tienen carta blanca para insultar a los árbitros. Si no, será una enorme injusticia, nada más y nada menos, de la que sale perjudicado el rival de turno, esta vez el glorioso.

Lo que estaba claro, y sigue estándolo ahora es que el fútbol es un juego, y que el que juega se arriesga a perder. Una derrota como la de anoche, la de la final de la Copa del Rey es, visto el juego del equipo, una mera anécdota. La afición disfrutó y lo demostró de una manera tan abrumadora que figurará en los anales colchoneros. Nada de crisis, nada de lloros o lamentaciones. A veces se gana, a veces se pierde. Nosotros no sabíamos (como decía un hincha del Sevilla en la tele) que íbamos a ganar desde el primer minuto. Nunca lo sabemos. Es más, no queremos saberlo. Nos gusta jugar.

Aupa Atleti.

4 comentarios:

  1. Y yo naciiiiiiiiiii... enamorado del atleti de madriiiiid, de las canchas donde tanto yo sufriiiiii... ENAMORADO DE TIIIIIIIIIIII!!! XDDDDD

    A seguir luchando y sufriendo, ea! :D

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  2. Pues aun así, llevamos una más que el otro equipillo de la capital, o no?

    Y mas vale jugar las finales que ceder el campo para que las jueguen otros, o no?

    Y aun nos queda una que podríamos ganar, o no?

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  3. Por cierto, inmenso placer recibir ciertas visitas por estos lares de reconocida y debida admiración.

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