En su ya lejana juventud, los viejos del palco eran aficionados al modelismo (estático y militar para ser exactos). Una cosa lleva a la otra, y... +/- Leer más
el modelismo les llevó a la revista "Military Modelling". Un día, motivados por sus aficiones y alentados por una moderada consumición de cerveza, publicaron un anuncio en dicha revista pidiendo gorras militares de cualquier parte del mundo. Durante unos años cambiaron prendas de cabeza (así se les llama a lo fino) con gente del Reino Unido, Polonia, Nueva Zelanda, Australia y otros exóticos parajes. Si bien sus achaques no les permiten continuar con figuras y maquetas con el ritmo y dedicación que a ellos les gustaría, todavía, de vez en cuando, despliegan sus archiperres bajo la luz del flexo y se ejercitan en tan noble afición. Lo que sí que han conservado y mantendrán hasta el último de sus días es esa persistente manía de pedir a todo el que conocen (o no) que les traiga una gorra militar de su destino de vacaciones, trastero a vaciar o casa de sus abuelos a derribar. En este blog se recogerán pensamientos repentinos, ideas (las más de las veces descabelladas), vivencias publicables y se compartirán con la audiencia las adquisiciones gorrísticas (o de gorra) acumuladas a lo largo de tantos y tantos años. Y por qué no, alguna que otra figura recién pintadita, antes de que el polvo cubra sus detalles.

lunes, septiembre 08, 2008

¡¡A ver!!, ¡¡los papeles!!

Antiguo pero en formato moderno

la evolución

para los que se eternizan

para el combate

para el rico

para los masoquistas light

para los masoquistas de verdad

para los que sufren de hemorroides

para los amantes del Linux

para los indecisos

para filósofos

para los religiosos

y para la falta de previsión, dos versiones

y al final... el grito de siempre: "Mamaaaaaaá... no hay papeeeeeeeel..."

7 comentarios:

  1. Pues he descubierto que soy indecisa... yo no se cual elegiría :S

    Besicos

    ResponderEliminar
  2. Genial el de los linuxeros. Los demás, casi tanto como ese.

    ResponderEliminar
  3. Si es que hay veces, que sea como sea el papel es lo de menos. Tanto como la calidad del mismo, yo valoro la intimidad. Sí señor. Porque siempre hay un hijo que te pide algo cuando estás en "ello" (nunca me gustó tanto un neutro)

    ResponderEliminar
  4. Ahora que me recuerdas el papel "El Elefante", poblador odiado en el retrete de la casa de mi abuela cuando era tan pequeña que no sé ni por qué lo recuerdo, pregunto una vez más: ¿a qué coño venía el lado brillante y resbaladizo del susodicho?. Aquello de papel higiénico no tenía nada. El lado que resbalaba, resbalaba (todo) y el otro lado era casi papel de lija... Menos mal que Scottex (o el que fuera por aquel entonces) llegó pronto al mercado español y nos salvó del trauma de las almorranas crónicas... :-S
    ¡TOMA ESCATOLOGÍA! jajaja

    ResponderEliminar
  5. Por cierto, siempre me toca a mí cambiar el rollo, incluso cuando no estoy en mi propia casa... Es algo que odio, pero hasta mis amigos me reservan ese privilegio, al que renuncié desde la primera vez que me fue concedido. ¡COÑO, NO ES TAN DIFÍCIL CAMBIAR UN ROLLO DE PAPEL DEL CULO!, ¿¿¿NOOOO???... ¡POSSESO! :-@

    ResponderEliminar
  6. ¡¡Ah!!, que ninguno ha conocido el clavo en la pared del váter con trozos de papel de periodico?!!
    Garantizaba la lectura en esos momentos de asueto, eso si, actualizado no estabas, no.
    Nchst...!!

    Mi abuela cuando pillaba algun envoltorio de esos que traian lo que se da en llamar papel de seda, lo guardaba como oro en paño, para uso personal en los momentos intimos.
    Lo que da pasar una guerra.

    ResponderEliminar
  7. Mis abuelos también lo hacían jajaja Él lo del periódico y ella lo del papel cebolla que venía en las cajas de los camisones y la lencería. Pero en cuanto llegó el Scottex mi abuela se pasó a la modernidad sin dudarlo, ella no era nada resistente al progreso, aunque mi abuelo sí y le costó dejar de darle lectura a cierto ojo único... juasjuasjuas

    ResponderEliminar